Hace referencia a las expresiones artísticas de las culturas que florecieron en las riberas de los ríos Tigris y Éufrates desde el Neolítico hasta la caída de Babilonia ante los persas en el año 539 a. C.
Entre ambas fechas se desarrollaron: Las civilizaciones sumeria, acadia, babilónica, casita, hurrita y asiria.
Periodo babilónico:
En el primer periodo en el que la ciudad de Babilonia estableció su predominio sobre el espacio mesopotámico, el testimonio histórico más importante es el denominado Código de Hammurabi, una estela en la que el rey aparece portando los símbolos del poder y la justicia y recibiendo del dios Shamash las leyes que se inscriben debajo. Destacado por sus características formales es el notable relieve denominado La reina de la noche o Relieve Burney, que representa probablemente a una diosa junto con sus motivos iconográficos animalísticos.
Periodo asirio:
La escultura asiria, muy parca en estatuas, abunda en relieves sobre piezas de mármol y alabastro. En ellos, se exagera la robustez de la musculatura humana que se imitó de la escultura caldea. Los personajes de distinción y los genios o dioses llevan grandes barbas con rizos escalonados mientras que los eunucos o servidores del rey se presentan sin barba; y todos con trajes talares o, por lo menos, hasta la rodilla ostentando grandes flecos o franjas en los bordes de la vestimenta. Son también característicos del arte asirio, los lamasu que se colocaban a los lados de las puertas de los palacios reales que tuvieron ya sus antecedentes en las figuras pequeño tamaño de época sumeria y babilónica.
Periodos sumerio, acadio y neosumerio:
Los primeros ejemplos escultóricos pertenecen al periodo de Uruk y al periodo dinástico arcaico, como la famosa Estela de los buitres, que representa al rey Eannatum de Lagash triunfante de sus enemigos de la ciudad de Umma, los cuales aparecen devorados por aves de rapiña. La gran mayoría de estas esculturas tenían una función votiva. A comienzos del III milenio son muy abundantes las representaciones de Gudea y de Ur-Bau . Entre las muchas de Gudea que han perdido su cabeza hay dos estatuas sedentes del Louvre, conocidas como Arquitecto del plano y Arquitecto de la regla por tener respectivamente, sobre sus rodillas, un plano y una regla esculpida Característica distintiva de este periodo es la representación de los personajes masculinos sin barbas, como los egipcios.
Pintura:
Son muy pocos los ejemplos conservados de pintura mesopotámica. La policromía de estatuas y relieves se ha perdido en su mayor parte, mientras que los frescos no son tan abundantes como en la pintura egipcia y sólo aparecen excepcionalmente.
El mosaico y la taracea, son técnicas de gran durabilidad.
El ladrillo vitrificado fue utilizado con criterios decorativos en ciertas construcciones, incluso en algunos casos se le moldeaba en relieve para formar figuras.
Escultura:
La inexistencia de piedras duras en la zona de aluvión de la Baja Mesopotamia convertía este tipo de material en un producto de lujo, objeto del comercio a larga distancia, lo que explica que la estatuaria monumental no sea tan frecuente como en la escultura egipcia. Sólo algunos reyes asirios mandaron realizar estatuas de bulto redondo, siendo mucho más frecuentes las de pequeño tamaño, de terracota o incluso de bronce o materiales preciosos
Los asuntos de los relieves sigilares suelen consistir en representaciones mitológicas de horribles divinidades o de poderosos genios luchando con fieras y domándolas. Los temas de los relieves monumentales se ajustan a la glorificación del monarca, quien por lo común se presenta rodeado de cortesanos y recibiendo tributos de los países vencidos, luchando con sus enemigos y sometiéndolos a terribles tormentos, en partidas de caza u ofreciendo sacrificios.
Estelas grabadas al bajorrelieve marcaban los hitos militares de los reyes y su actividad ritual y legislativa, mientras que los kudurru cumplían funciones de marcaje de límites.
Exvotos ofrecidos a las divinidades representaban a sacerdotes o altos dignatarios.
También fue muy abundante la representación de imágenes de dioses, espíritus malignos o protectores, u otros personajes de la mitología mesopotámica .
La decoración de los muros de los palacios asirios incluyó vastos frisos de bajorrelieves de batallas, cacerías o escenas cotidianas. Los Monumentales lamasu o kirubi protegían las puertas, y los muros de Babilonia se decoraron con animales fantásticos al bajorrelieve policromado mediante la técnica de la cerámica vidriada.
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