La invención de la fotografía había convertido esta función artística, hasta entonces esencial , en algo accesorio, cuando no obsoleto. En su lugar, los artistas comenzaron a experimentar con nuevos puntos de vista, con nuevas ideas sobre la naturaleza, materiales y funciones artísticas, llegando incluso a la abstracción.
La Revolución industrial no sólo trajo las innovaciones técnicas que permitieron la arquitectura del hierro y del cristal, sino que cambió para siempre las relaciones productivas y sociales, y con ellas, la posición del artista frente a su cliente.
El rechazo al arte moderno fue muy fuerte desde que comenzó a acuñarse el concepto, no sólo en los ambientes sociales y conservadores, sino entre intelectuales que se ocuparon muy seriamente de su análisis, como fueron los casos.
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